Hoy en día está en boca de todos las últimas alarmas y crisis que se han acontecido en nuestro país en relación a la seguridad alimentaria. Cada vez, el consumidor exige más controles y seguridad en los productos. Esta exigencia y la de posicionamiento de las empresas frente a las demás, hace que estén a la orden del día las certificaciones alimentarias.
¿Qué es una certificación alimentaria?
Las certificaciones alimentarias son normas voluntarias de reconocido prestigio. Todos los participantes en la cadena de la alimentación pueden acogerse a este tipo de estándares. En resumen, son un conjunto de buenas prácticas que hacen que nuestro producto sea seguro y, de cara al cliente, podamos dar la confianza que ellos necesitan.
Existen muchos tipos de certificaciones al respecto, cubriendo todos los procesos en la cadena de suministro de alimentos. Entre las certificaciones más nombrabas, destacan normas como la IFS, BRC, ISO 22000 o la norma GLOBAL GAP, entre otras. Todas y cada una de ellas son una eficaz herramienta para la gestión de la inocuidad de los alimentos.
¿Cuál es la más adecuada para mi organización?
Primero de todo, debemos analizar en qué posición se encuentra nuestra organización en la cadena de suministro de los alimentos, que tipo de alimentos son los que producimos y las características de nuestra empresa, así como, qué queremos conseguir con esta certificación.
Existen diferentes niveles de implementación se sistemas, entre los que se encuentran las Buenas Prácticas de Manufactura, que suelen aplicar las empresas que inician su aventura en la inocuidad; después podríamos hablar del sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control, el también conocido APPCC, el cual demanda un mayor control sobre nuestro proceso, identificando los puntos críticos de la organización y estableciendo medidas para su control.
Así, una vez controlado esto, podríamos plantearnos la implementación de un sistema de gestión certificado, para lanzarnos al mercado y establecer seguridad ante los consumidores.
Este desafío cada vez toma más peso de cara a la venta internacional. Es el momento de que las organizaciones decidan su alcance de mercado y con ello, el modelo de calidad e inocuidad a implementar para poder seguir creciendo y no perder oportunidades por ausencia de una certificación de seguridad alimentaria.