Como ya vimos en este mismo blog, la norma 14001 se actualizó el pasado año dejando tras de sí una extensa estela de cambios que las empresas que quieran esta certificación tendrán un tiempo determinado para llevar a cabo. En esta ocasión vamos a poner el foco en el liderazgo, un concepto y un cambio de punto de vista según la norma ISO 14001.
Si bien este concepto de liderazgo como tal aparece por primera vez en la norma ISO 14001 con esta revisión, de una manera indirecta ya estaba implícito en la misma en su versión de 2004, donde se hacía notar sin ser nombrado directamente como tal.
La labor realizada por las altas esferas de las empresas en materia de gestión ambiental adquiere mayor protagonismo con esta revisión, buscando una mayor implicación de estas altas esferas en las empresas con puntos como los siguientes:
- La dirección ha de asumir la responsabilidad de la eficacia del sistema.
- Debe asegurarse de que tanto la política como los objetivos estén alineados con el contexto y la dirección estratégica.
- Debe realizar una labor de comunicación eficiente.
- Debe integrar los requisitos del sistema en los procesos de negocio.
- La dirección debe efectuar una labor de liderazgo y dirección con las personas.
- Debe promover en todo momento una mejora continua.
- Debe asegurarse de que el sistema de gestión ambiental logra los resultados que se esperan.
- La dirección debe velar porque se disponga de los recursos necesarios para cumplir los objetivos.
El dar mayor importancia a la figura de la dirección en el sentido del liderazgo, también ha hecho que se hayan añadido mayores elementos de compromiso de la misma.
No obstante, el concepto de cambio que hace que los altos niveles de las empresas no deban de ser jefes, sino líderes, es el verdadero matiz a destacar por parte de esta ISO 14001. Se convierte así a las direcciones en personas que propagan el compromiso con el sistema de gestión ambiental desde su puesto en las altas esferas a todo el personal de la empresa.