Disponer de procesos productivos con una elevada calidad, seguridad, transparencia e higiene es algo evidente y fundamental. Además, aunque lo anterior es necesario, también resulta vital contar con un certificado IFS o BRC que garantice que cumples con los estándares internacionales de tu sector.
En el sector de la alimentación y el proceso de envasado y distribución de productos alimentarios existen 2 certificados internacionales que sobresalen por encima del resto y que son claves para el desarrollo de tu compañía.
El primero de ellos es el Certificado IFS en cualquiera de sus variantes. Este certificado fue creado por asociaciones Francesas, Italianas y Alemanas y se ha extendido por toda Europa y parte de Asia y América. Es tan importante que muchas empresas lo exigen para trabajar con ellas.
También existe la variante anglosajona del IFS: El Certificado BRC. Creado por el British Retail Consortium, se ha extendido por Bélgica, Países Bajos y Europa pero, sobre todo, es predominante en EE.UU. y Latinoamérica. Ambos son similares y son garantía internacional de reconocimiento y prestigio.
Bien, la introducción a qué son estos certificados está hecha pero ¿Realmente por qué debería contar con una certificación IFS o una certificación BRC?:
Es garantía de buen hacer
Contar con una certificación de este tipo implica una seguridad no solo para tu empresa si no para los consumidores. Estos certificados son exhaustivos y están muy reconocidos por lo que tener uno supone una mejora de la imagen en el consumidor y los públicos con los que te relacionas importante.
Esto implica que, al mejorar tu imagen, tanto consumidores como stakeholders están más predispuestos a negociar, comerciar o comprar tu marca. La garantía que te aporta un certificado IFS o un certificado BRC conlleva implícitamente un aumento de la satisfacción del cliente y el acceso a mercados otrora inaccesibles.
Genera un aumento en la productividad
Ambos certificados (IFS y BRC) necesitan de un proceso completamente reglado, definido y concreto que describa a la perfección el proceso productivo. Esto implica una mejora en la producción tanto en cuanto todos los procesos están perfectamente reglados temporal y monetariamente.
Además, fomenta la comunicación horizontal y transversal. Esto permite una mayor coordinación en los procesos internos y una mejora clara de la productividad. Los trabajadores están más contentos y, además, cada trabajador sabe qué, cómo y cuándo hacer su labor lo que permite optimizar eficaz y eficientemente el proceso productivo.
Ayuda a mejorar a tu empresa
Estas certificaciones, además de proponer estándares de calidad y seguridad, aportan metodologías y sistemáticas que ayudan a tu empresa a la mejora continua de los procesos productivos. Esto implica que, teniendo una certificación bien aplicada, tu empresa va a avanzar por el buen camino.
Aporta beneficio económico directo
Debido a los factores vistos anteriormente, la mejora económica es casi desde el comienzo. Tanto una mejora productiva como una optimización del proceso de producción o el aumento de la imagen de tu empresa generarán un beneficio económico casi inmediato en ella.