DORA y la ciberseguridad: cómo prepararse para la normativa en el sector financiero

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En los últimos años, los ciberataques han aumentado de manera significativa, afectando directamente a bancos, aseguradoras y proveedores de servicios tecnológicos. La digitalización del sector financiero ha traído beneficios como la eficiencia operativa, la automatización de procesos y la mejora en la experiencia del cliente. Sin embargo, también ha incrementado la exposición a riesgos cibernéticos, que pueden ir desde el robo de información confidencial hasta la interrupción total de servicios críticos.

Ante este escenario, surge la normativa DORA (Digital Operational Resilience Act), diseñada por la Unión Europea para garantizar la resiliencia operativa digital de todas las entidades financieras frente a incidentes tecnológicos y ciberataques. Esta normativa no solo busca proteger a las instituciones, sino también a los consumidores y la estabilidad del sistema financiero europeo en su conjunto.

El objetivo de este artículo es proporcionar un análisis completo sobre DORA, sus principales requisitos, los desafíos que implica para las entidades financieras y estrategias para su correcta implementación.


¿Qué es la normativa DORA?

    La Digital Operational Resilience Act (DORA) es una normativa aprobada por la Unión Europea que entró en vigor en enero de 2025. Forma parte del marco regulatorio europeo que establece obligaciones específicas para las entidades financieras con el fin de mejorar su resiliencia digital. Su principal objetivo es asegurar que los sistemas, procesos y proveedores tecnológicos puedan resistir, detectar y responder eficazmente a incidentes cibernéticos o fallos operativos, minimizando su impacto en el negocio y en los clientes.

    DORA se complementa con otras normativas de ciberseguridad y protección de datos, como la NIS2 (Network and Information Security Directive) y el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Su enfoque es integral, considerando no solo la seguridad interna, sino también la dependencia de proveedores externos y terceros críticos que forman parte del ecosistema financiero.

    Entre las entidades afectadas por DORA se encuentran:

    • Bancos y entidades de crédito, responsables de manejar grandes volúmenes de datos y transacciones financieras.
    • Aseguradoras y fondos de inversión, que requieren proteger información sensible y mantener la continuidad de sus operaciones.
    •  Proveedores de servicios tecnológicos críticos, que dan soporte a las entidades financieras y cuya falla puede afectar a todo el sistema.

    Principales requisitos de DORA

      1. Gestión del riesgo digital

      Las instituciones deben implementar mecanismos para identificar, evaluar y mitigar los riesgos tecnológicos que puedan afectar su operativa.

      Esto incluye riesgos asociados a software, hardware, procesos internos y proveedores externos. La gestión de riesgos debe ser continua y documentada, garantizando que cada amenaza potencial se considere dentro de la estrategia general de resiliencia.

      2. Resiliencia operativa

      DORA exige que las entidades aseguren la continuidad del negocio frente a incidentes tecnológicos.

      Esto implica contar con planes de recuperación ante desastres, redundancia de sistemas y protocolos que permitan mantener los servicios críticos operativos incluso durante ciberataques o fallos de infraestructura.

      3. Pruebas de seguridad

      La normativa requiere la realización periódica de pruebas de penetración, simulaciones de ataques y evaluaciones de vulnerabilidades. Estas pruebas permiten identificar debilidades antes de que sean explotadas por actores maliciosos y mejorar continuamente los mecanismos de defensa.

      4. Supervisión de proveedores externos

      Las entidades deben gestionar y supervisar a terceros críticos, asegurando que cumplan con los estándares de seguridad equivalentes a los internos. Esto incluye la evaluación de riesgos de proveedores, la firma de acuerdos de nivel de servicio (SLA) con cláusulas de seguridad y auditorías regulares.

      5. Respuesta y notificación de incidentes

      DORA establece tiempos específicos y procedimientos claros para reportar incidentes de ciberseguridad a las autoridades competentes. La notificación rápida y precisa es esencial para minimizar daños, coordinar respuestas y garantizar la transparencia con los clientes y reguladores.


      Desafíos para el sector financiero

        La implementación de DORA plantea varios retos significativos:

        • Incremento en los costes de cumplimiento: las inversiones en infraestructura tecnológica, auditorías y servicios de consultoría pueden ser elevadas, especialmente para entidades que operan con sistemas heredados.
        • Necesidad de actualizar infraestructuras: muchos sistemas antiguos requieren modernización para cumplir con los estándares de resiliencia digital y garantizar la interoperabilidad con nuevas soluciones tecnológicas.
        • Coordinación con proveedores externos: asegurar que terceros cumplan con los requisitos de DORA es un desafío constante, especialmente cuando los proveedores operan en diferentes jurisdicciones.
        • Capacitación del personal: es fundamental formar al personal en ciberseguridad, buenas prácticas y procedimientos de cumplimiento, fomentando una cultura organizacional de resiliencia digital.
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        Cómo prepararse para DORA

          Para adaptarse a tiempo y minimizar riesgos de incumplimiento, las organizaciones pueden seguir un plan de preparación estructurado:

          1º Diagnóstico de ciberseguridad

          Realizar una evaluación detallada de la situación actual de la organización, identificando vulnerabilidades, brechas en sistemas y riesgos asociados a procesos internos o proveedores.

          2º Implementación de un marco de resiliencia digital

          Desarrollar políticas y procedimientos que aseguren la continuidad operativa ante incidentes tecnológicos. Esto incluye planes de recuperación ante desastres, redundancia de sistemas y protocolos de comunicación interna y externa en caso de crisis.

          3º Gestión de proveedores tecnológicos

          Establecer criterios claros para la selección, monitoreo y auditoría de proveedores críticos. Evaluar la capacidad de cada proveedor para cumplir con estándares de seguridad, y formalizar acuerdos contractuales que incluyan responsabilidades y métricas de cumplimiento.

          4º Simulaciones y pruebas de ciberseguridad

          Realizar ejercicios periódicos de simulación de ataques, pruebas de penetración y escenarios de interrupción del servicio. Estas prácticas permiten identificar vulnerabilidades, entrenar al personal y mejorar los procedimientos de respuesta.

          5º Capacitación y cultura de ciberseguridad

          Promover la educación continua del personal en ciberseguridad y cumplimiento normativo, fortaleciendo la conciencia sobre amenazas digitales y la responsabilidad individual dentro de la organización.


          La normativa DORA representa un avance decisivo en la protección del sector financiero europeo frente a los crecientes riesgos digitales. Su correcta implementación no solo reduce la exposición a incidentes cibernéticos, sino que también fortalece la seguridad operativa, la confianza de los clientes y la reputación de la institución. 

          En este proceso, contar con el acompañamiento de expertos puede marcar la diferencia. Consultores especializados como EQM Consulting ofrecen el apoyo necesario para realizar diagnósticos, diseñar planes de resiliencia digital y acompañar a las entidades en la adaptación a este nuevo marco regulador europeo.

          En definitiva, prepararse para DORA no es solo una obligación regulatoria; es una inversión estratégica que protege los activos, asegura la continuidad del negocio y fortalece la confianza en un ecosistema financiero cada vez más digitalizado y vulnerable.

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