La certificación en la industria alimentaria es la garantía de que el producto o servicio suministrado a la cadena alimentaria por una organización cumple con los requisitos de calidad, seguridad e inocuidad alimentaria desde las materias primas que lo componen hasta que se distribuye a las superficies de venta.
Para poder importar a diferentes países o incluso vender a grandes cadenas distribuidoras se hace necesario tener estos distintivos.
La IFS (Internacional Food Standard) es una norma internacional reconocida, dentro del contexto de las certificaciones de la industria alimentaria, que garantiza la salubridad e inocuidad de los alimentos que salen al mercado.
Beneficios de la implantación de la IFS
La implantación de la IFS tiene los siguientes beneficios:
1. Mejora la seguridad alimentaria
Tras la implantación de la IFS, todos los procesos de la elaboración del producto o la prestación del servicio quedan bien definidos y son totalmente conocidos por todo el personal, junto con los puntos críticos de control de tales procesos.
Al disponer del certificado IFS, la rentabilidad de las organizaciones aumenta considerablemente, abriéndose el mercado a diferentes países y a los más exigentes distribuidores de alimentos del sector.
Algunas de las buenas prácticas que la IFS aporta son:
- Formación continua de los operarios en seguridad alimentaria
- Revisión periódica del estado de las infraestructuras donde se desarrolla el producto/ se realiza el servicio
2. Incremento de la confianza del consumidor
La IFS garantiza el cumplimiento de la legislación sobre seguridad alimentaria y la especifica de cada alimento (etiquetado, aditivos permitidos, etc.), garantizando que es un producto de calidad por la infinidad de controles que pasa hasta ser distribuido, incrementando así la confianza del consumidor.
Existen varios estudios que indican que la percepción del consumidor, sobre el producto o servicio prestado, aumenta considerablemente al obtener la certificación IFS.
3. Apertura a nuevos mercados
Gracias a la IFS, se dispone de información clara y precisa de cómo hacer bien las cosas (controles a realizar, legislación necesaria, como elaborar el producto, composición, etiquetado necesario, trazabilidad), se evitan reprocesos y se optimizan los tiempos para la fabricación y distribución del producto.
Para poder importar productos alimenticios a Francia, Alemania e Italia se hace necesario contar con la certificación IFS.
4. Optimización de procesos internos
Tras la implantación de la IFS se conocen exhaustivamente todos los procesos y se pueden implementar mejoras que disminuyan los posibles riesgos que existan sobre la seguridad del producto.
La IFS requiere que la comunicación sea organizada, clara y concisa.
Las comunicaciones con el cliente para la gestión de incidencias, retirada / recuperación de producto estarán estandarizadas y protocolizada, para saber cómo actuar en cada momento.
Se requerirá comunicar a los empleados todas las políticas y responsabilidades en materia de seguridad de los alimentos que tienen.
5. Control de alérgenos e intolerancias
La normativa IFS requiere que los proveedores de materias primas identifiquen todos los alérgenos que contienen los productos suministrados. La organización deberá contar con un listado de todas las materias primas o mezclas de ellas que contengan alergenos. Existirán una serie de controles para evitar la contaminación cruzada debida a alergenos por transportes, ambiente, almacenamiento, producción, etc.
Los productos finales con alergenos y/o trazas han de ser declarados en el etiquetado.
6. Formación del personal
La IFS requiere que las organizaciones cuenten con programas de formación actualizados para todo el personal (tanto propio o subcontratado), en temas sobre: Seguridad alimentaria, fraude alimentario, calidad de producto, food defence, requisitos legales relativos a los alimentos, modificaciones en productos/procesos, control de alérgenos entre otros.
Se formará al personal al ser contratado, y antes de desarrollar su trabajo, o cada vez que haya algún cambio de proceso o un producto nuevo.
7. Documentación avalada
La IFS requiere un análisis de la vulnerabilidad al fraude alimentario documentado que incluya todas en las materias primas, materiales de envasado e incluso procesos subcontratados, para determinar el riesgo de actividad fraudulenta relacionada con la sustitución, etiquetado incorrecto, adulteración o falsificación, además se requerirá un plan de mitigación de fraude alimentario y se implementará para controlar cualquier riesgo identificado.
El Plan de food Defence debe estar implantado y documentado para asegurar la protección de los alimentos y su cadena de suministro frente amenazas maliciosas.
Este plan debe evaluar todas las amenazas que pueden sufrir los alimentos y los controles que se deben llevar a cabo para evitarlos.
En conclusión, los principales beneficios de la certificación IFS en la industria alimentaria son:
- Nuevas oportunidades de negocio: Al poder importar el producto alimentario a países como Alemania, Italia y Francia.
- Confianza en su marca: Garantiza que sus procesos se realizan con los máximos estándares de calidad e higiene y su producto es totalmente seguro e inocuo a lo largo de toda la cadena.
- Acceso a la cadena de suministro: Es un requisito indispensable para ser proveedor de las grandes cadenas de supermercado.
- Ventaja competitiva diferencial: Al estar certificado en IFS, se garantiza una clara ventaja para poder vender sus productos frente a la competencia que no la tenga.
Desde EQM Consulting estaríamos encantados de ayudarte en la implantación de la norma IFS en tu organización, para poder exportar a nuevos países, incrementar la confianza del consumidor y acceder a clientes con mayor envergadura en el mercado actual. Contáctanos.